Un tribunal rumano rechaza la certificación de defunción a un hombre que está vivo
El tribunal de Vaslui, Rumanía, se ha negado a reconocer que Constantin Reliu, un hombre de 63 años al que dieron por muerto en 2016, sigue vivo.
Ni el acto presencial que cumplió el afectado ante el tribunal fue suficiente para el juez de este caso, que declina su demanda de anulación de un certificado de defunción expedido a su nombre en 2016. El tribunal no detalló los motivos por los que rechazó su petición desestimando su solicitud por inadmisible desde el punto de vista procesal.
El ciudadano rumano emigró a Turquía por motivos laborales y no regresó a su tierra natal hasta enero de este año cuando lo expulsaron del país porque sus documentos estaban vencidos, deportándolo nuevamente a Rumanía.
Tras realizar distintas averiguaciones administrativas para beneficiarse de ayudas sociales, las autoridades rumanas le informaron de que su familia lo había declarado muerto al no tener noticias suyas.
Reliu, ha declarado que: "no estoy seguro si estoy divorciado o no", "no sé si mi mujer está casada con otro o no”, “nadie me dice nada”.
A la espera de presentar una nueva reclamación para demostrar, con la ayuda de documentos (como el alquiler de vivienda o contratos de trabajo), que está vivo, sobrevive gracias a la ayuda de sus vecinos.